domingo, 24 de septiembre de 2017

Como seducirla sin tocarla

Te ves sin rumbo, frente a ti parece un rompecabezas, su forma es perfecta, pero no la entiendes, que difícil es tenerla sin poder poseerla, que ella quiera sentirte, pero no la dejas. 

Te entiendo, no eres lento, solo estas perdido, cuando intentas explorarla su cuerpo es un acertijo, sin embargo, hay cosas que a uno nuca le fallan, trata de caerme atrás a ver si no te desmayas:

Empieza siempre por su pelo, una caricia basta, que tu mano roce el cuello que su piel tan dulce abraza, no solo el halarlo le hará sentir corriente, cuando tu mano roce se sentirá diferente. Al tiempo que sobas su pelo tócale la oreja, hazlo inocente sin que ella se dé cuenta, que parezca un accidente, pero uno indecente, que este simple hecho le haga hacerse ideas, que ansíe que la toques de diferentes maneras, que esto empiece a trabajarle mientras tus manos lideran el avance de tu mente, que siempre este esté un paso adelante, que escuches sus respiros mientras se hacen jadeantes. Suficiente con eso, volvamos de momento a su pelo, que con esa mano que acaricias la hagas sentir miedo de las cosas que se vienen, literalmente, ahora que tu mano libre viaje al sur, pero no intentes adelantarte, que esta agarre su cintura, que ella lo sienta, apriétala con fuerzas, hálala hacia a ti, que sienta el contacto de tu cuerpo, bésale los labios sin dejarla con deseos.

Ahora que tu mano le extienda el cuello, muérdele en el lado como ahora está anhelando, besos suaves luego, bajando, un poco de lengua que quede algo mojado arriba y quizás ya esté un poco abajo. La mano en la cintura, ¿la recuerdas? Que empiece un viaje al norte por debajo de su blusa, que tu toque sea suave como una medusa, picante, que la electrifique por la espalda, que ella se desvista sin tener que desnudarla tú. Suéltala de repente que ella abra los ojos, no te rías, mírala con el deseo al borde de tus labios, muérdetelos suave y lentamente, que ella quiera sentirse diferente. Voltéala de una forma rápida, mano izquierda en sus senos la derecha dibujando círculos concéntricos sobre su barriga, que luego simule una línea que baja y que se adentra en su pantalón, pero no toques nada, solo que suelte ese vapor. Vuelve a besarle el cuello, muérdele el oído, dile “en este momento lo tuyo es mío”, y es en este justo y preciso instante que tu mano sujetara su muslo y se verá elegante, pero ni modo, nadie está buscando eso, recuerda que lo que quieres es dejarla sin aliento, que te pida a gritos mientras estas frente a ella, que cuando sienta tu mano en su piel se le abran las piernas.

Sigue besando su cuello y juega con sus senos, sus pezones duros ya están, eso es algo bueno, tu mano libre que suba un poco y que toque su botón, pero no te confundas me refiero al del pantalón, empieza a liberarlo, baja su zipper, con cuidado entra tu mano, ¿sientes el calor?  Esta es la respuesta a lo que has provocado, posa tu mano, sé que sientes todo mojado. Ya está casi desnuda, pero esto no es lo bueno, lo mejor de todo es que ella está llena de deseo, te desea, el pleito esta ganado, es hora de subir la dificultad y ver como acabamos. Acuéstala en la cama, el piso, en el mueble, lo importante es que ella sienta solo lo que siente al tocarla, que no se preocupe por estar parada, sus piernas fallaran cuando le hagas lo que falta. Mírala, vuelve a hacer contacto con los ojos, susúrrale al oído que tienes un antojo, que tienes ganas de verla mientras tú la llevas a tomar un paseo con tu cabeza entre sus piernas, no la escuches, no dejes que hable oposiciones, inmediatamente con tus dedos quiero que la impresiones, que ella sienta, que no piense nada que no sea lo que quiere, lo que su cuerpo en verdad desea. Presiona, que se escurra lo mojado, esos pantis no duraran mucho como quiera abajo, un beso en sus senos acelerara el trabajo y con tu mano libre quita lo que queda ahí tapando.

Este es el momento que más importa, mírala a los ojos, no digas nada, que ambas manos sujeten sus muñecas, que tus piernas dividan sus piernas, que ella empiece a empujar con su cintura, tratando explícitamente de hacer contacto con la tuya, dile que no, que ahora es tu turno, sin perder contacto visual empieza el rumbo a ese néctar que hace momentos que está fluyendo, pero debes besar todo su cuerpo en el trayecto: cuello, sus senos, barriga y cintura, cuando estés llegando frena tu ruta. La sentirás tratar de soltar sus manos, aquí es importante que la sigas mirando humedece tus labios besa los de ella, un beso a cada lado de esa zona que deseas. Ella inmediatamente arqueara todo su cuerpo, no dejes pasar, aprovecha este momento, no lo pienses mucho como todo lo que has hecho, usa tu lengua, estas en todo tu derecho. Déjala que sienta con cada suave viaje de ella, arriba, abajo, besa todo lo que encuentras, recuerda empezar con intensidad moderada, levemente aumenta mientras ella más te manda, pues en este momento su cuerpo no se aguanta, siente tantas cosas que se siente liberada, con su perla en tu boca te das cuenta de esto, tus dedos la exploran, sientes contraer su cuerpo. Te agarra el pelo y te amenaza si paras, confías en tu instinto, respiras profundo y te sumerges de un brinco, esta tan delicioso todo lo que estas probando y sin darte cuenta su cuerpo está temblando.


Una, dos, tres, cuatro veces, sus ojos no se abren, tu mente se estremece, solo escuchas de su boca decir un “ahh”, y sus piernas se cierran como si te fuera a estrangular. No la culpes, ella en verdad no está muy consciente, acabas de provocar algo que ella se merece, no te extrañe si en ese momento se queda dormida, o si sin pensarlo se te tira encima.

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